LA DAMA DE MEDIANOCHE

                                                     



                                                          LA DAMA DE MEDIANOCHE

Mi hermosa y bella acompañante de medianoche. Como no recordar el ayer, si la noche que te vi por primera vez la viví, con pasión, con erotismo y sensualidad, me dejé llevar por los impulsos, los instintos masculinos y la belleza femenina, sentí la atracción por la belleza de una mujer que me sedujo con su mirada con el contorno de su cuerpo y la dulzura de su voz.

 

Me sentí atraído por sus encantos femeninos y correspondido por mis halagos y piropos, baile al ritmo de la música, disfrute el rozar mi cuerpo junto al de ella, el sentir su aliento, su fresca aroma, me encanto su sonrisa y la suavidad de su voz, la noche se hizo lenta, oscura y semi fría como si supiera que yo la quería así, la arrulle entre mis brazos, junte mis labios con los de ella, le di un beso intenso, profundo y apasionado.

 

Nos fuimos de allí protegidos por la oscuridad de la noche a seguir disfrutando nuestro delirio, fuimos al parque de la 93 entramos a un bar donde solo disfrutábamos de nuestros besos al ritmo que bailábamos, nos sumergimos en un mundo de caricias y de besos, por un instante sentí que el mundo se detenía, que las únicas personas que estábamos allí solo fuéramos los dos, que la música sonora para ambientar nuestro romance que los demás tan solo fueran siluetas de la noche.

 

Llegamos a un lugar especial por su música en vivo y tan especial que nunca nos dijeron que queríamos tomar, pero fue mejor así, hasta que llego la fatídica hora, que nos dijeron: no más ¡vamos a cerrar!   

 

Te rogué por un instante que durmiéramos juntos esa noche dijiste muy segura no, pero yo insistí e insistí pero no escuchaste mi voz que deseaba tu cuerpo junto al mío, camine las cuadras tal vez las más lentas las más apasionadas y románticas de mi vida, besando a una mujer que hace unas horas éramos unos extraños pero que ahora la besaba como si la conociera de toda mi vida y así lo sentí como si en otro mundo o en otro lugar equidistante del universo ya se hubiese escrito nuestra historia, a noche te di tantos besos como para no volverte a besar esta semana. Camine agarrado de tu mano, por instantes fundidos nuestros cuerpos en un abrazo que parecíamos uno solo a la distancia.

 

El trayecto fue lento hasta que por fin llegamos a la 93 con 15 tomamos un taxi para ir a tu casa insistí que fuéramos a otro lugar propicio para la ocasión, pero dijiste no, continuamos en el taxi nuestros besos y caricias sin importarnos que teníamos de espectador al conductor, esa noche te dejamos en la 161 con 16c te vi alejarte desde la ventana del taxi, me quedé por un instante contemplando el movimiento de tus caderas hasta que te perdiste de mi vista.       

 

Con el tiempo he comprendido que los amores vienen y van que la vida tienes sus bemoles como si fuese una partitura, con el tiempo he aprendido a vivir con la soledad a disfrutar de la lectura. música, cine, el deporte y escribir cuando siento el momento y la intensidad suficiente de un suceso o anécdota vivido.

 

He sobrevivido a los dolores de mi alma, unos duros, otros menos, pero dolorosos, he sentido por momentos que no son llevaderos y soportables, perdiéndole el sentido de la vida, perdido y sin rumbo en medio de un mar de incertidumbres sobre mi futuro, he sido un barco errante sin destino fijo, me he encomendado a mi Dios como único camino

 

Paso la noche, paso el encanto y se fueron los amores solo me quedo el recuerdo de una noche fugaz donde fui amado.

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