La reforma a la salud aprobada en segundo debate por la
Cámara de Representantes de Colombia el 6 de marzo de 2025 introduce varias
modificaciones sustanciales al sistema sanitario del país. Estos cambios buscan
transformar el modelo vigente desde 1993, priorizando la atención primaria,
eliminando la intermediación financiera de las Entidades Promotoras de Salud
(EPS) y fortaleciendo el rol del Estado en la gestión de recursos. A
continuación, se detallan las modificaciones más relevantes, la creación de los
CAPS y Redes Integradas e Integrales de Servicios de Salud (RIITS)
Administradora de los Recursos del Sistema General de
Seguridad Social en Salud (ADRES)
No solo se mantiene, sino que se convierte en una pieza
central del nuevo sistema. La ADRES asume la gestión directa de los recursos
financieros, eliminando la intermediación de las EPS en este aspecto. Seguirá
funcionando como el "gran banco público" del sistema,
encargada de realizar los pagos a clínicas, hospitales y otros prestadores.
¿Centralista o Autónomo?
El modelo es predominantemente centralista en los aspectos
estructurales y financieros, ya que el control de los recursos, las políticas
generales y la supervisión recaen en el gobierno nacional (ADRES, Ministerio de
Salud, Superintendencia). Sin embargo, concede un nivel de autonomía
operativa limitada a las regiones en la ejecución y adaptación de las nuevas
estructuras (CAPS y RIITS) y en la gestión de los hospitales públicos
Riesgos:
La dependencia de la ADRES y el Ministerio podría generar
cuellos de botella burocráticos o retrasos en regiones alejadas, mientras que
la autonomía en nombramientos de gerentes abre la puerta a influencias
políticas locales.
En conclusión, la reforma propone un sistema híbrido pero
con fuerte tendencia centralista, donde el Estado nacional asume el mando en la
gestión financiera y estratégica, dejando a las regiones un margen de maniobra operativa
dentro de un marco predefinido. La autonomía regional existe, pero está
subordinada a las decisiones y recursos centralizados, lo que podría ser un
punto de tensión en su implementación, especialmente en un país con marcadas
diferencias territoriales como Colombia.
La reforma a la salud no detalla un plan específico y
exhaustivo para incrementar el número de especialistas médicos que requiere el
país, pero sí incluye algunas medidas puntuales que abordan este desafío,
alineadas con las necesidades del nuevo modelo basado en la atención primaria y
las Redes Integradas e Integrales de Servicios de Salud (RIITS). A
continuación, explico cómo se plantea incrementar el número de especialistas,
según lo aprobado, y complemento con el contexto general de las necesidades del
sistema:
Colombia enfrenta un déficit histórico de especialistas, con
una tasa de aproximadamente 1,2 médicos por cada 1.000 habitantes (según datos
del Ministerio de Salud previos a 2025), muy por debajo del promedio
recomendado por la OMS (2,3 por 1.000). Además, hay una concentración de
especialistas en ciudades grandes, dejando a las zonas rurales desatendidas. La
reforma no aborda directamente este déficit estructural ni propone un plan
masivo de formación, como aumentar plazas en universidades o financiar
residencias médicas, lo que sugiere que el incremento de especialistas
dependerá de medidas complementarias fuera del articulado actual.
Posibles Estrategias Futuras (No Explicitadas en la
Reforma):
Para que el sistema funcione y cubra la demanda de
especialistas que requerirán las RIITS y el modelo preventivo, el gobierno
podría necesitar:
Ampliación de Programas de Residencia: Aumentar el número de
plazas de especialización en universidades públicas y privadas, financiadas con
recursos del SGSSS o alianzas público-privadas.
-Servicio Social Obligatorio Especializado: Extender el
servicio social de médicos recién graduados a especialidades críticas,
combinándolo con incentivos para que continúen en esas áreas.
Riesgo:
Si no se incrementa el número de especialistas, las RIITS
podrían colapsar por falta de personal capacitado para atender casos complejos,
dejando a los CAPS como único recurso y saturando el sistema.
En resumen, la reforma apuesta por medidas iniciales como la
convalidación de títulos y posibles incentivos, pero no establece un mecanismo
robusto y específico para incrementar significativamente el número de
especialistas. Esto podría requerir una estrategia paralela liderada por el
Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación, con financiamiento claro,
para alinear la oferta de especialistas con las demandas del nuevo modelo de
salud. Por ahora, el enfoque parece ser más de optimización que de expansión
estructural de este recurso humano.
La mayor
problemática que enfrenta actualmente el sistema de salud es la escasez de
recurso humano especializado para atender a pacientes crónicos y a aquellos con
enfermedades preexistentes que requieren atención inmediata. Esta necesidad,
que no está siendo satisfecha por el sistema actual, representa una de las
principales demandas de los colombianos. Sin embargo, en ningún apartado de la
reforma se aborda de manera efectiva y real esta situación, que es una de las
más sentidas por la población.
No es posible pasar de la noche a la mañana a un modelo preventivo y predictivo, ignorando que existe una población enferma que la reforma de salud actualmente no reconoce de manera adecuada. Colombia tiene una población con enfermedades que aún requiere atención a través del sistema asistencialista existente. Por ello, se necesita una transición gradual que combine el modelo de prevención con el modelo asistencial, asegurando la atención continua de quienes ya están enfermos.
1 Comentarios