HISTORIAS DE VIDA
EN BUSCA DE MI MADRE
La tarde se hizo oscura, los días se volvieron lentos,
en el horizonte vi los árboles que han sucumbido con el verano, el paisaje se
hizo dantesco, silencioso, las calles solitarias, errante estuvo mi alma,
llovían
flores en campos oscuros donde la luz aún no penetraba y llegaron los recuerdos
de las aflicciones de mi alma, tuve una infancia dura y dolorosa con
mucho maltrato y abandono, mis primeros años de vida, los viví junto a mi madre
y al cumplir 2 años y medio mi custodia fue entregada a mi padre quién me llevó
a vivir con un primo que ya era adulto y tenía esposa donde viví los más largos
y tormentosos días de mi vida siendo un infante, allí conocí el dolor, el odio,
el resentimiento y la venganza.
Era un inocente niño, con el alma más pura
e indefenso a merced de un verdugo qué diario me lastimaba física y
verbalmente, llegué al extremo de vivir momentos de física tortura cuando me
sumergía en una alberca cogiéndome de los pies introduciéndome la cabeza bajo
el agua hasta casi ahogarme y luego pedirme que le pidiera perdón y le besara
los pies.
Mis noches eran un calvario como era tan
niño tenía miedo de la oscuridad, dormía en una banca de lona en la que
antiguamente los vendedores ambulantes colocaban sus artículos de venta al
público y solo me cubría una pequeña sábana, el cuarto no tenía pared de
concreto sí no estaba construido en tejas de zinc, me encerraban en las noches
y al otro día al levantarme descubría que en la noche me había orinado y
esperaba mi castigo
Así viví alrededor de 2 años y medio hasta
que un día hui en busca de mi madre, la distancia que me separaba de ella eran
alrededor de 20 km, tenía alrededor de 5 años de edad, en ese momento caminé
por la vera del camino de la carretera hasta llegar y encontrarla exponiéndome
a todos los peligros encontré a mi madre, pero mi dicha no duró
mucho porque las autoridades ya me buscaban y me llevarían de retorno con mi
padre, que en esta oportunidad sí me llevó a vivir con él pero nunca recibí el
afecto y el cariño de un padre, sino de un maltratador igual a mi primo.
Allí viviría otro dos difíciles y
tortuosos años de castigos y malos tratos hasta que un día tomó la decisión de
volver a fugarme en busca de mi madre yo sabía la ciudad donde vivía ella, tomé
un bus a escondidas del conductor y me fui en busca de ella
El pueblo donde vivía era muy pequeño y la
encontré, pero nuevamente me buscaban las autoridades, me llevaron ante un juez
de familia, allí me preguntaron porque ya tenía edad de decidir qué ¿con quién
me quería quedar me? y ese día tomé la mejor decisión de mi vida, de vivir junto
a mi madre.
Durante 43 años a nadie le conté mi
tragedia y mi dolor que llevaba por dentro porque sentía que era solo mío y que
nadie repararía los daños que sufrí. Vine a contarle a mi madre mi tragedia al
lado de mi primo y de mi padre, Le comenté que aún recordaba el primer día que
llegué a donde él vivía y que no me llevó a dormir junto a su cama sí no me
extendió un costal en el piso y me acostó allí, no me trató como un niño, ni
siquiera como un ser humano, me trato como un animal
Hoy puedo decir de mi madre que es una
mujer íntegra luchadora entregada a mis cuidados y a luchar por sacarme
adelante aún con muchas dificultades económicas, pero con la firme convicción
de luchar por sus hijos
Recuerdo hace muchos años recorría la
carrera 17 entre calles 11 a la séptima a la antigua sede de la Intendencia de
Casanare de la mano de mi madre creo que tenía casi siete años, la acompañaba a
su jornada laboral, ella laboraba allí como aseadora, yo le ayudaba a recoger
las canecas de basura y barrer, durante el recorrido en medio de mi inocencia,
detallaba a mi madre y podía deducir que éramos muy humildes por sus sandalias
de caucho para la época las mujeres de su edad utilizaban sandalias de cuero,
recuerdo que ese día le dije madre cuando yo trabaje le voy a comprar unas
sandalias de cuero y cuando sea grande y tenga dinero la llevaré a pasear por
el mundo y cuando tuve las posibilidades le cumplí las promesas, con mi primer
trabajo vendiendo periódicos le compre las sandalias de cuero y cuando fui
adulto y la vida me sonreía la lleve a pasear por el mundo.
Recuerdo momentos de mi infancia, cuando
le ofrecieron dos empanadas y me las llevaste a la casa, solo pensaste en
saciar mi hambre, yo pensaba siendo un niño yo no podría hacer lo que hizo mi
madre, solo lo vine a entender cuando fui padre ¿qué es el verdadero amor? Hoy
que veo a mi bella flor, que se marchita a raíz de las enfermedades y las
dolencias de los años, solo me quedan bellos recuerdos de ti madre: Una madre
incondicional, protectora, luchadora, que siempre me ofreciste lo mejor de ti,
que has estado en los momentos de regocijo como en los momentos difíciles de mi
vida. gracias por tus palabras de consuelo y aliento cuando las he necesitado,
gracias por cuidar de mi cuando más te necesite, siempre serás mi refugio y mi
consuelo, muchas veces no he tenido el valor para decirte lo mucho que te amo y
te extraño, recuerdo cuando era niño y andaba de tu mano, aunque haya crecido
sigo sintiendo esa mano que siempre está ahí, Agradezco a la vida por haberme
dado la mejor mamá del mundo.
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