El árbol de la discordia

                                                                  El árbol de la discordia



A la vista es una simple e inofensiva planta no es atractiva por su grandeza o la belleza de sus flores, frutos, madera, simplemente su valor radica en la savia que emanan sus hojas. En una concurrida calle de Yopal a la vista de todos crece de manera natural, este arbusto frondoso de hojas verdes abundantes y lanceoladas. Con esta planta se han construido imperios, clanes, carteles, se financian estados, reinados de belleza, campañas políticas y guerras. Es toda una industria ilegal que se genera alrededor del cultivo, transformación y comercialización para ser trasladado a diferentes latitudes del planeta.

Algunos dicen que es una planta maldita porque alrededor de sus cultivos solo hay miseria, pobreza, deforestación y violencia. Mientras que día a día jóvenes adictos se chupan la selva colombiana procesada.

Aquí en Colombia  se viven infernales guerras de disputas territoriales, rutas y dominios de vastas regiones, donde la ley y el orden imponen la anarquía de las armas en manos de delincuentes ambiciosos con ganas de saciar su sed de riqueza, alimentar sus egos y pasiones.

Muchos pedimos paz, pero es una utopía mientras exista el combustible de la guerra, la demanda de cocaína en los países desarrollados y aquí en Colombia en algún rincón de su geografía. Alguien está soñando con emular ser el nuevo patrón del negocio sin importar los riesgos  porque todos sabemos que es una vida efímera, volátil e intensa con un guion y libreto establecido con final en una cárcel o en el cementerio.


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