De amores perdidos
Y
otras cosas
Autor: Juan Manuel Naranjo Vargas
Preámbulo
Durante el paso de los años perdemos la fuerza física,
fortunas, objetos, la salud, amigos y amores, que con el tiempo los extrañamos
o simplemente lo recordamos como buenos momentos de nuestra vida. Es la suma de aciertos y desacierto durante el transcurso de nuestra vida, pero ganamos en sabiduría esa es la vida de
perder y ganar, de reír de y llorar, de vivir y gozar. La vida está llena de
paradojas y de utopías, todos deseamos la felicidad, pero sólo con el tiempo la
entendemos, todos queremos ir al cielo, pero nadie se quiere morir.
DE SAN JACINTO
A LAS NUBES
Y
DE
LAS NUBES
AL
CIELO
Capítulo I
DE SAN JACINTO A LAS
NUBES Y DE LAS NUBES AL CIELO
En la mañana del
lunes 25 de enero de 1999 llegue a San Jacinto, después de hora y media de
vuelo de Villavicencio, en un viejo DC3 de carga que más bien parecía una
chiva. La pista donde aterrizó el avión no tenía pavimento, simplemente el
suelo rojizo y duro, las personas esperaban que se apagara el avión para
acercarse a recibir sus encomiendas y los pasajeros. Era la primera vez que me
enfrentaba al mundo, solo en tan lejana e inhóspita región lejos del calor de
mi familia y de los arrullos de mi novia.
Confundido entre mis
recuerdos, con miedo al iniciar una nueva vida de repente alguien gritaba:
¿quién es el doctor que viene de la capital? supe que era a mí a quien buscaba,
era un joven menudito, flaco de gafas, camisa suelta pantalón arremangado y
chanclas, de mirada alegre de aspecto diferente al resto de personas que se
encontraban en el lugar le dije soy yo, que hubo mano mucho gusto me llamo
Mauricio soy el bacteriólogo del puesto de salud como se llama usted Guillermo
Grosso Valencia de donde eres compadre de Yopal de donde, de Yopal, Casanare y
que vienes hacer por aquí pues lo mismo que tú me imagino que estás haciendo el
rural ¡sí!
Caminando en medio de
la única, amplia y polvorienta calle del pueblo nos fuimos alejando del avión,
al extremo de la calle pude observar algo que parecía una casa abandonada que
resultó ser el centro de salud donde pasaría los próximos doce meses me causó
frustración observar el abandono pero en medio de mi desconcierto apareció el
bullicio de la gente era la recepción de bienvenida que me daba el médico, la
auxiliar de enfermería, odontología, la enfermera jefe, la odontóloga y el
auxiliar de bacteriología fue grato el recibimiento.
El medico me dijo
bienvenido compadre mucho gusto Miguel Abadía me puedes decir Miguelito, mira
ella es Milena la linda del grupo la Odontóloga que va a ser tu compañera, pero
pilas no te vayas a enredar con ella que es muy jodida y te puede joder la
vida. Ella soltó una carcajada, luego me presentó a la jefe me dijo esta es la
excepción ya la puedes ver, pero como toda fea es buena gente se llama Dora, él
es Francisco el auxiliar de Mauricio el bacteriólogo que ya lo conoces es como
medio marico, pero es muy buena gente y Josefa la auxiliar de enfermería mi
mocita, tronco de culo que tiene, no cierto Guille si esta querida y por ser el
nuevón del grupo estas cordialmente invitado almorzar por parte de todos tus
compañeros
RECUERDO DE MIS DÍAS
DE RURAL
Mi primer día de
citas odontológicas pude conocer a mi auxiliar Griselda Fonseca, mujer curtida
por los años, de apariencia agria pero agradable al trato, esa misma mañana
conocí la chica de facturación, joven alegre, de sonrisa permanente y bueno me
encontré con Milena nuevamente que me llamó a su consultorio para comentarme
cómo funcionaba el área de odontología, ella me explicaba mientras que yo
fijamente ponía atención a sus comentarios hasta que me dijo fresco no te
pongas tenso que la movida es suave aquí Guille ya tu veras, no le des mucha
confianza a estas viejas si no te la montan en especial Irama la china de
facturación.
Fue un respiro contar
con los consejos de Milena, de escuchar su dulce voz, el movimiento de sus
carnosos y llamativos labios, la ternura de su mirada, sus grandes y hermosos
ojos color miel, su cabello rizado y rubio que le llegaba hasta la
cintura; me aleje de su consultorio adormecido por su belleza hasta que me
encontré con Irama, que me dijo bienvenido doctor estoy para servirle en lo que
usted necesite espero contar con su amistad, no tenemos paciente si no hasta en
una hora si quiere conocer el centro de salud le puedo dar un recorrido, cuando
de pronto la interrumpió Griselda niña no seas intensa con el doctor, que él
debe tener novia, ella le contestó acaso no puedo ser amable con nuestro nuevo
jefe; yo le respondí bueno, la acompañe a conocer y a ubicarme en el centro de
salud, las instalaciones son muy viejas como Griselda respondió Irama pero son
las mejores del pueblo y no hay ¡más!,
Pude observar que hacía
muchos años que por allí no corría una gota de pintura y mucho menos cemento
por los huecos del piso, el deterioro que observe fue de un hospital de
guerra, con amplios ventanales, puertas envejecidas, carteleras a punto
de caer con afiches de promoción de la salud de los años de upa a pesar
de las condiciones la gente se sentía feliz en su abandono, en medio de estos
momentos de meditación Irama me interrumpió diciéndome cierto que es bonito yo
le dije si claro, lo invitó a tomar un tinto a la cafetería, llegamos me
saludaron de manera respetuosa y efusiva las chicas de la cafetería, me dijeron
que se le ofrece doctor, le dije: dos tintos, me contesto algo más, no gracias,
me aleje a una de las mesas con mi auxiliar de facturación.
Ella empezó a
contarme de las condiciones del clima que de pronto me sentaba duro, que allí
llovía de Abril a noviembre y hacia verano de diciembre a marzo le comente que
de donde yo venía también era así el clima, que bueno porque no iba a
sufrir porque ya estaba acostumbrado al clima, me dijo doctor tiene que tener
cuidado con sus comentarios en cuanto a la guerrilla o las autodefensas porque
aquí hay de esos grupos y vienen seguido a llevarse al doctor Miquel y a la
jefe.
Lo otro que debe
tener cuidado son las muchachas del pueblo que mínimo tan pronto se enteren de
su llegada van a venir a ser cola para que usted las atienda pero mucho cuidado
que lo único que quieren es que usted las preñe para poder salir de este
moridero, pero bueno doctor usted no se me vaya a enrollar con la doctora
Milena que tiene muy mala fama aquí entre nos, por ahí dicen que tuvo su
romance con el alcalde que en sus días de compensatorios se iban para Villao,
comentan que tiene o tenía amores con el notario, pero son simples rumores.
Miguel la molesta, pero ella no le para bolas y él mismo dice esta es una mujer
que no la amansa nadie.
Bueno mi doctor ya es
hora de ir atender pacientes, mi primer paciente fue un humilde campesino que
le falta todos los dientes de la sonrisa. que jamás en su vida había visitado
un consultorio odontológico, con el temor de su primera cita le pregunte que le
pasaba me dijo que quería que le sacara una muela que le estaba doliendo y así
fue. Ese día al finalizar la tarde me fui para la casa médica estaba en una de
las esquinas del lote del centro de salud rodeada de maleza, con seis alcobas,
sala, comedor, cocina, se contaban con algunas comodidades como el aire
acondicionado, televisión y nevera. Allí cada cual tenía su cuarto con baño
privado y closet, me encontré con Miquel, Dora, Milena y Mauricio en la sala.
Miquel me dijo ¡qué
tal día! como te fue con las viejas y los pacientes le dije bien, luego me
preguntó: si quería ver televisión le dije que si, me aclaro que solo
contábamos con un solo canal de televisión, borroso y a medias, pero algo se
ve.
Luego las chicas
preguntaron que, si tenía novia, Mauricio que de dónde era y otros apartes de
mi vida personal y académica, preguntaron por Bogotá que como estaba la ciudad,
fue placentera la tertulia esa noche.
LAS COLEGIALAS
Dicho y hecho
transcurrido una semana por fin encontré mi agenda ocupada toda la tarde me
pareció curioso; Griselda e Irama se sonreían, yo no entendía ¿por qué?,
simplemente empecé a notar que todos mis pacientes eran mujeres jóvenes que
cursan grado décimo u once en el colegio femenino de la Carmelitas, recordé el
comentario de Irama sobre las muchachas del pueblo. Esa semana me la pasé todas
las tardes atendiendo a las jóvenes del colegio recibiendo invitaciones a tomar
té helado o tomar algo frío según ellas, me dejaron algunas sus números de
teléfono o la dirección donde vivían por si quería pasar por allí a visitarlas
o invitarlas a rumbear me pareció simpático y la vez pintoresco.
La mayoría de las
chicas eran de piel canela, delgadas de bellas sonrisas, de ojos negros
grandes, de estatura mediana y cuerpos contorneados; la mayoría de las familias
muy humildes
El recorrido de las
adolescentes en el centro de salud incluía, odontología, medicina y
laboratorio. Luego de algunas semanas algunos de estos hombres caerían
seducidos por sus encantos por la soledad o por el mal de vereda.
Miguel el don Juan
del centro de salud, solía tener varios romances al mismo tiempo con las
colegialas, a todas les prometía amor eterno y que tan pronto terminara su año
de servicio social obligatorio se las llevaría a la capital eso sí bajo una
promesa, no contarle a ninguna de sus amigas de su noviazgo.
Más temprano que
tarde se comentaban entre ellas su romance con el medico que en ultimas terminaba
en una pelea de adolescentes en el corredor o sala de espera de los pacientes
de medicina.
La directora del
centro de salud no hacía ningún comentario de los bochornosos espectáculos de
lucha libre de las colegialas por miedo a perder el único médico del pueblo.
Las muchachas aspiraban conquistar alguno de los profesionales del centro de
salud para soñar con salir de San Jacinto, muchas renegaban del pueblo, que
solo tenía cantinas en cada esquina donde los empleados de las palmeras se
divertían jugando billar, tejo o simplemente hablando del prójimo. Que lo que
aspiraban era irse para Villavicencio o Bogotá conocer el mundo y las grandes
ciudades; porque ser mujer de un jornalero del palmar ni de vainas escasamente
hacen lo del diario, eso es pà aguantar hambre.
Pero la realidad era
otra muy poquitas lograban continuar sus estudios, las que lograban salir del
pueblo era porque sus familias eran acaudaladas por lo general hijas de
comerciantes, agricultores y ganaderos. Las demás tendrían que conformarse con
un jornalero del palmar o andar de mano en mano como dicen por acá, de amores
con los ingenieros del palmar, los doctores del centro de salud o mocita de un
paramilitar, las expectativas no eran muchas o terminar en un prostíbulo en
Villavicencio.
Otras muchachas por
iniciativa propia tomaban la aventura de salir del pequeño pueblo en busca de
un mejor futuro en una de las grandes ciudades algunas lo lograban con mucho
esfuerzo.
MI RUTINA
Desde mi llegada los
días son tranquilos, atiendo en la semana alrededor de treinta a cuarenta
pacientes por semana es muy baja la consulta. Carezco de instrumental adecuado
y suficiente, lo mismo que de insumos. Hay días que me siento subutilizado. Lo
único que me queda es esperar el fin de semana para recibir alguna invitación
por parte del alcalde o un miembro de la comunidad a un asado o fiesta veredal,
donde seremos bien recibidos con comida y bebida en la mayoría de los casos
gratis.
Los viernes en la
noche salíamos en grupo para el bar LAS TAPAS, el grupo era encabezado por
Miguel, que como buen costeño era bullanguero. Allí nos esperaba Borman, el
dueño del bar de mayor reconocimiento de San Jacinto, frecuentado por
funcionarios de la alcaldía, juzgado, notaria y la alta sociedad del pueblo.
Contaba con excelente música desde electrónica a llanera era un Cross over.
Siempre me ha traído la música pop, así que me dirigí al computador, seleccioné
la música, muchas de esas canciones me hacían recordar los bares cerca de la
universidad, a mi novia, que desde mi llegada solo era un vago recuerdo.
Nunca me ha gustado
el licor, pedí al mesero una cerveza mientras seguía mi rutina de seleccionar
canciones, de pronto una suave voz me dijo dale click a esa, si a mí también me
gusta le respondí, me dijo déjame ver que has escogido, miró de arriba abajo y
dijo está súper, me gusta, ¿me invitas a una cerveza? La sentí diferente desde
mi llegada hasta ese día Milena era distante a veces hablábamos cosas puramente
técnicas y laborales. Llegué a pensar que no le despertaba ningún interés.
Pero esa noche la
luna y los astros se alinearon de tal manera que mi vida desde ese día estaría
ligada a ella, esa noche reímos hasta de lo más estúpido, sentí que la conocía
hacía mucho tiempo después de unas horas de estar en el bar nos fuimos en la moto de los técnicos de salud, abandonando
al grupo, me invitó al mirador, estaba ubicado al final de la meseta del
pueblo; desde allí se podía observar el paisaje de sabana y el choque con la
selva; a pesar que la noche estaba iluminada por la luna, el lugar era hermoso
unos kioscos de palma con sillas de concreto.
Esa noche la cobije
con mis brazos, yo pensaba que ella estaba ebria pero no, me contó de su vida
de sus padres, que era única hija que siempre había soñado con internarse en un
pueblo lejano, lejos de las comodidades de la ciudad vivir la aventura que da
la selva y gozársela para un día cualquiera salir corriendo. Mi sueño es vivir
en Estados Unidos, le dije estás lejos, si respondió he estado ahorrando para
irme tan pronto reúna el dinero me iré legal o ilegal el hecho es que quiero
vivir ese sueño.
Después de unas horas
de sentir el frío de la madrugada, de besarnos y fundirnos en abrazos
regresamos a la casa médica, me invitó a su alcoba, me dijo vamos a dormir
juntos, pero esta noche no pasara nada prométemelo, le dije que bueno. Dormimos
lo que quedaba de la noche.
A medida que fueron
pasando los días mi relación con Milena se fue estrechando más, ya no nos
llamábamos por nuestros nombres sino los abreviamos de forma cariñosa, las
conversaciones se volvieron extensas filosóficas e intelectuales, llenas de
carcajadas por todas las estupideces banales y superficiales que decíamos.
Perdimos la seriedad y se volvieron divertidas.
Durábamos hasta altas
horas de la noche, ella en su pijama color rosa de pantalón largo de conejos
estampados y yo con mis pantalonetas y camisetas así pasaron los días entre
cortejos y coqueteos. La noche se convirtió en cómplice de unos amantes
apasionados y enamorados que durante el día se comportan como desconocidos. El
sofá de la sala principal se convirtió en testigo de nuestro idilio.
Los demás ya casi no
permanecían en la casa hospitalaria o pasaban directo a sus habitaciones,
cansados de sus rutinas, Miguel y Mauricio hacían de las suyas en el pueblo
tomando y gozando con las colegialas. Nos dábamos cuenta de sus aventuras por
los susurros y gemidos de pasión provenientes de sus habitaciones.
La complicidad se
compartía al otro día con una sonrisa burlona y algún llamado al orden por
parte de Dora. Los días transcurrían lentamente y eran
mucho más lentos cuando no se contaba con material médico odontológico en el
centro de salud porque no se podían atender pacientes o se les pedía que los
compraran en la farmacia del pueblo.
La única diversión
entre el grupo de profesionales y técnicos era jugar cartas y parques, cuando
se volvía a contar con materiales las filas eran monumentales en el centro de
salud, pero no pasaban más de una semana y volvía todo a la normalidad.
Con el inicio de la
temporada de lluvias llegó la noticia de las brigadas de salud sobre el río
guayabero. La directora del centro de salud nos comunicó que esa semana
llegaría un nuevo médico que iría para las brigadas y que uno de los dos
odontólogos lo acompañaría en las brigadas.
Me causó sorpresa la
noticia, el hecho de alejarme de mi Mile, en la noche nos arrunchamos en el
sofá de la sala, tratamos de evitar el tema, pero era inevitable decidir quién
iría, yo pensaba anticiparme y decirle que iría, teniendo en cuenta las
condiciones hostiles del área rural por la presencia de grupos al margen de la
ley, el clima y otros factores, me iría a la brigada con el nuevo médico;
estaba enredado entre mis pensamientos y en cómo le decía, cuando ella me soltó
el bombazo de que ella iría, quedé atónito ante tal decisión
inesperada trate de convencerla con todos mis argumentos pero me fue imposible
hacerla desistir.
El recorrido por el
río guayabero duraría máximo tres meses y mínimo un mes dependiendo de las condiciones
de orden público, clima y otras eventualidades, el objetivo de la brigada es
brindarle atención en salud a las comunidades indígenas y campesinos apostados
a las orillas del río. El grupo estaría liderado por el médico, odontólogo,
enfermera jefa, vacunador, auxiliar de odontología y auxiliar de enfermería.
El primer lunes de
abril en la mañana aterrizó en el primer y único vuelo de la semana el DC3
proveniente de Villavicencio donde llegó el médico; todos estábamos preparados
para recibir a un hombre, pero cuando Mauricio preguntaba ¡vengo por el doctor!
entre la muchedumbre en la pista, esperando que descendieran los pasajeros del
viejo avión, apareció una mujer menudita delgada de busto prominente, joven,
con aspecto de hippie de mochila al hombro, pañoleta en la cabeza, camiseta
floreada y tatuaje multicolor que iniciaba en la parte alta del brazo y
terminaba en la muñeca.
Era un evento la
llegada de un nuevo miembro en el centro de salud, así que hubo fiesta y
francachela. Andrea resultó una persona extrovertida, alegre y muy divertida
nos contó todos los avances de la vida moderna en la gran ciudad, fue una gran
sorpresa la llegada de Andrea porque todos esperábamos a un hombre.
Al siguiente día, la
directora nos convocó a una reunión en su oficina para definir el grupo de la
brigada y ultimar detalles. Rebeca Linares la
directora era oriunda de San Jacinto, hija de un acaudalado ganadero, ella se
caracterizaba por ser una mujer sin carácter sin capacidad para tomar
decisiones y en especial con los profesionales del centro de salud por miedo a
perderlos, porque era muy difícil que alguien cuerdo tomará la decisión de irse
a ese apartado rincón de la humanidad dominado por las inclemencias, ella me
preguntó: que si iría a la brigada y Milena la interrumpió diciendo no iré yo,
Miguel se ofreció a ir para contar con la presencia de un hombre más. En la
reunión se definió el personal y los temas logísticos, alimentación,
combustible y suministros médicos, se fijó como fecha de salida el diez de abril,
la reunión se dio por terminada, después de media hora.
Esa noche después de
compartir un buen rato con el grupo en la sala de la casa médica y en especial
escuchando Andrea nos dispusimos a irnos a la cama dándonos el saludo de buenas
noches, cuando Milena con un guiño me llamó a su habitación.
Llegó el día de
salida de la brigada fuimos todos los profesionales del centro de salud, a las
cinco de la mañana a acompañar al grupo de compañeros que se disponían a partir
por un mes por el río guayabero, estuvimos en el puerto hasta que perdimos de
vista la embarcación en el horizonte.
Con un sentimiento de
tristeza regrese al puesto de salud, pensado en ella si estaría un mes, dos o
tres; la consulta estuvo durante todo el día llena, sin tiempo de hablar con
los demás, en la noche cuando regresamos a la casa médica se sintió el vacío de
Milena como de Guillermo, me sentí huérfano de cariño, sin ganas de hablar con
Andrea que veía televisión en compañía de Dora, Mauricio como de costumbre se
encontraba tomando en el pueblo haciendo de las suyas con las colegialas y
bebiendo en el bar las Tapas que era su oficina, en compañía de su fiel
auxiliar y compañero de parranda Francisco.
Las lluvias llegaron
con una fuerte intensidad parecía que se hubiese roto una fuente en el cielo y
no paraba de llover durante todo el dia y la noche, se detenía un día y volvía
con mayor intensidad las lluvias, la consulta se redujo considerablemente, con
tanto tiempo libre nos dedicamos a jugar parques y cartas durante el día.
Los días eran lentos, oscuros y fríos.
Pasó casi un mes para
recibir las primeras noticias de la brigada de salud por parte de la armada
nacional, que los había encontrado varados en la rivera del rio cerca a puerto
Concordia y los había remolcado hasta allí a espera de solucionar los problemas
mecánicos. Los militares entregaron las cartas que enviaron a la directora del
puesto de salud, la directora me hizo entrega de una de ellas que venía a mi
nombre.
RELATOS DE LA BRIGADA
DE SALUD SOBRE EL RÍO GUAYABERO
Milena me describía
su aventura sobre el río Guayabero como la niña que la llevan por primera vez
al zoológico ella se sentía en un safari por la Orinoquia describiéndome un sin
número de aves, monos, fieras salvajes y caimanes que observaba desde la
embarcación que los transportaba, que estaba acondicionada como unidad móvil de
salud fluvial que había sido donada y acondicionada por una embajada para
atender la población ribereña, indígenas y colonos.
Los primeros días
llegaron a caseríos indígenas ubicados a seis horas de San Jacinto donde
brindaron atención médica y odontológica, suministraron medicamentos y vacunando
algunos niños de la comunidad.
En esta primera
parte duraron ocho días debido a las crecientes del río, luego continuaron su
recorrido hacia Matelarga un pequeño caserío poblado por colonos
oriundos de diferentes regiones del país, la comunidad los esperaba ansiosos
porque los servicios de salud rara vez llegan a estos lugares, después de días
de solo comer pescado, cambiaron el menú por gallina, allí conoció a Pedro Jalisco
al dueño del Home center de la selva podías comprar desde un motor fuera de
borda, una puntilla, hasta un fusil AK47, R15 y munición un completo mercader,
hombre de amplia sonrisa, buen humor, calidez y de amplias atenciones con el
grupo de salud. Durante los días que estuvo la brigada hizo presencia la
guerrilla de las FARC del frente cuarenta y cuatro nos solicitaron que se
presentarán, pidieron documentos y solicitaron atención para sus tropas, en la
noche fueron invitados a una fiesta organizada por el comandante Mamba que
llamaba la atención por su cicatriz en el arco superciliar derecho y párpado
caído. la imagen de hombre cruel que intimida con su mirada aterro al grupo de
salud que tomó como una orden su invitación.
El grupo de
salud llegó a la fiesta sobre las ocho de la noche fue recibido por Pedro
Jalisco con su amabilidad y cortesía que les ofreció whisky y hielo en medio de
la selva quien los llevó a la mesa principal donde estaba Manba que solo
permitió la presencia en la mesa de Miguel y Milena, La fiesta estaba amenizada
por un grupo de música popular que cantaba corridos prohibidos dedicados a
Manba y sus cabecillas y al final termino la fiesta con un grupo
vallenato, al regresar a la embarcación noto que Leticia su auxiliar que
compartía cuarto no estaba y llegó al amanecer
Rumbo a puerto
Concordia durante este recorrido sufrió una avería mecánica la embarcación y
duro un día esperando el auxilio de la armada nacional que los remolcó
a la base fluvial para prestarle asistencia mecánica .
De sus primeras
cartas hasta su regreso nunca me demostró sentimientos de dolor por nuestra
ausencia, sentí como si hubiese sido algo pasajero o fugaz sin importancia
nuestra relación o no le importaba.
Segunda carta río
Guayabero
El punto más distante
contemplado a visitar por la brigada era Puerto Cachicamo donde había presencia
tanto de guerrilla como de autodefensas, después de mes y diez días llegaron al
lugar superando dificultades técnicas y climáticas, durante el recorrido se
podía observar que en los asentamientos de colonos la presencia de hombres era
de diez a uno en relación con las mujeres.
La moneda y la
economía gira entorno a la base de coca, los días eran calurosos y el bochorno
de la humedad era alto, mientras la embarcación se desplazaba por el río, el
grupo de salud se entretenía jugando cartas o parques, la tripulación de la
embarcación mantenía cierta distancia con el grupo de salud en especial con el
médico y la odontóloga a quienes se dirigían con mucho respeto y admiración.
El indio Canai muy
conocido en la región, apreciado por la comunidad llevaba 20 años de vacunador,
hombre de baja estatura de piel morena, servicial y siempre atento a
colaborarle a las tres mujeres del grupo, la auxiliar de enfermería Aminta era
su primera experiencia por el río, nació en San Jacinto pero se crio en
Villavicencio siempre se mostraba temerosa e insegura. Miguel la vivía
molestando a su manera para relajarla, la situación sobre el río era
intimidante desde el aullido de los monos, los cantos de chenchenas, paujiles,
guacharacas hasta la presencia de grupos armados, por otro lado Leticia la
auxiliar de odontología manifestaba que esto era lo que más disfrutaba de
trabajar en salud servirle a los más necesitados, se veía muy feliz
describiendo cada uno de los lugares donde había vivido de niña, constantemente
charlaba con los miembros de la tripulación de la embarcación.
El indio Canai se
refería a ella como una mujer de ropas ligeras que se acostaba con el primer
hombre que le gustaba, que era amante de Manba y había sido mujer de Pedro
Jalisco. Ella físicamente no parecía ser de la región por su piel blanca, ojos
verdes claros, nariz perfilada, rasgos finos, delgada y de baja estatura. Con
las referencias del indio Canai de Leticia, Miguel desde el primer día la evitaba,
aunque ella actuaba con melosería con él.
La llegada a Puerto
Cachicamo, el recibimiento fue con pólvora y música de las cantinas del caserío
y con la respectiva fiesta de las autoridades locales la autodefensa, la
sensación en el medio era algo hostil hacia pocos meses habían desplazado a la guerrilla
del lugar, el comandante lo apodaban el gringo por su aspecto, alto, rubio de
ojos azules, parecía más un explorador europeo que un paramilitar.
Ese día solo se
atendieron miembros de la autodefensa la mayoría con Malaria, la bodega estaba
atestada de quinina y cloroquina, la mayoría de pacientes llegaban
moribundos, con una palidez sepulcral que aterraba pero mientras unos morían
otros bailaban, cantaban y tomaban, Miguel atendía con Aminta en un pabellón de
guerra hecho por los paramilitares a los enfermos de Malaria y pedía ayuda a
Milena y al resto del grupo algunos de los pacientes morirían allí
durante los días que estuvo la brigada de salud, Miguel solo le entregaba los
medicamentos al enfermero de los paramilitares y la fórmula por cada
paciente, visitaba en las mañanas, las matas de monte alrededor del caserío
donde en hamacas agonizaban algunos jóvenes o esperaban sobrevivir a la enfermedad
con el tratamiento del doctor.
La mayoría del grupo
de salud manifestaba su temor a enfermar por la zancudada presente en el lugar
que era mayor a los otros lugares visitados, Miguel recomendó usar todo el
tiempo ropas largas impregnadas de repelente y evitar salir de noche de la
embarcación, pero Leticia salía a tomarse unas cervezas o unos amarillitos con
el comandante el gringo y regresaba a la madrugada. La brigada estuvo diez días
allí, he inició su retorno a San Jacinto con su respectiva parada en cada uno
de los puntos visitados
Carta # 3
De nuevo en puerto
Concordia allí representaba la institucionalidad había presencia de la armada
un helipuerto, lanchas rápidas artilladas (pirañas), billares y cantinas,
soldados con chalecos antibalas apostados en cada esquina protegidos por
trincheras, la presencia de comunidades indígenas numerosa deambulando por el
pueblo y en busca de dulces y globos inflables en la unidad móvil fluvial de
salud, los colonos gente en busca de oportunidades sumergidos en la pobreza,
pero con la esperanza de encontrar fortuna con la coca.
Allí la atención de
pacientes fue tranquila sin las angustias de lidiar con la muerte o con el
miedo de contraer la enfermedad, la mayoría de los pacientes eran indígenas,
algunos colonos y miembros de la armada nacional.
Leticia como siempre
parrandera sugirieron que saliéramos a tomar algo a la cantina El Portal que
allí ponían buena música, Miguel que era un hombre parrandero actuaba con
prudencia inicialmente dijo que no pero finalmente aceptó, pero si todos
íbamos, el sitio estaba lleno de miembros de la armada y uno que otro colono
dueño de cocinas cocaleras.
Como siempre Leticia
llamando la atención hasta que llegó a nuestra mesa el comandante de la armada
en Concordia el capitán Farinas se presentó e invitó a bailar a Leticia solo la
volvimos a ver al otro día. Sobre la madrugada regreso el grupo de salud a la
unidad móvil fluvial.
Después de diez días
en Concordia continuamos nuestro regreso con parada en Matelarga, donde la
situación era algo tensionante por la presencia de Manba
DOS MESES DOS DÍAS
SOBRE EL RÍO GUAYABERO
Fueron dos días de
trayecto del buque que se desplazaba lentamente a contracorriente para llegar a
Matelarga al llegar solo nos salieron a recibir colonos e indígenas, no se
sintió la presencia de la guerrilla ese día volvió aparecer Pedro Jalisco con
la cordialidad y buena vibra que irradiaba. Invito a todo el grupo del buque de
salud a almorzar y era un alivio cambiar el menú porque pescado nos tenía
cansados, nos ofreció un suculento sancocho de gallina que las presas parecían
de pavo, cerveza fría y televisión satelital. Todas las comodidades de la vida
moderna en medio de la selva.
Matelarga era una
inmensa isla en medio del río Guayabero, con un pequeño caserío del mismo
nombre centro de provisiones para la guerra, Multi Center la ferretería de
Jalisco sorprendía porque ni en San Jacinto había una con igual surtido, la
arquitectura de la fachada en madera se asemejaba a una tienda de camino de una
película gringa, llamaba la atención él simplemente decía soy un inversionista
que cree en la región. Cuando tomo confianza empezó hablar de su experiencia de
mundo, del tiempo que vivió en el exterior, sus modales y su expresión corporal
denotaban una alta formación educativa, Leticia mostraba desinterés por la
conversación que sostenía con Miguel y Milena decía él y sus embustes. Ella
decía que él es un encantador de serpientes negocia con todos y es amigo de
todo el mundo.
Para el quinto día
nos disponíamos a partir cuando apareció Manba con su tropa y dijo que el grupo
de salud se iba cuando él dijera. Miguel de manera respetuosa le explicó los
argumentos de la partida, pero no va salieron así que ahora estaba sujetos a
las órdenes de Manba.
MATELARGA
El grupo se dispuso a
seguir atendiendo en Matelarga, a miembros de la guerrilla la mayoría pasaban
al médico por enfermedad general y odontología, el día fue extenuante por el
gran número de insurgentes atendidos, la mayoría jóvenes adolescentes y unas
pocas chicas todos muy silenciosos, algunos con uniforme militar otros de civil
pero con fusil, Matelarga era un paraíso de tranquilidad para ellos porque ni
la armada ni la autodefensa se atrevía llegar allí, era un punto de control
estratégico de la guerrilla para sus negocios de narcotráfico, la moneda allí
era la pasta de coca y dólares americanos.
Esa noche Manba
invito a una fiesta al grupo de la brigada de salud a una fiesta la mayoría de los
invitados eran miembros de la insurgencia y por supuesto Pedro Jalisco, la
fiesta la hicieron en un gran caney comunitario, la música era vallenatos y
música popular o de despecho, a Manba no se le conocía una buena cara y desde
que llegó se le notaba más mal encarado que de costumbre.
Al llegar a la fiesta
el grupo de salud, Manba invito a bailar a Milena, luego bailó con Aminta y por
último bailó con Leticia, al terminar de bailar la llevó a un rancho junto al
caney, la luz era tenue pero los demás se podían dar cuenta que discutían, pero
al final él se fue.
La fiesta continuó el
grupo de salud se mantuvo en la fiesta, Milena y Aminta le preguntaron a
Leticia si las cosas estaban bien, sino era peligroso por la discusión que
había sostenido con Manba ella dijo que no, perro que ladra no muerde, Pedro
jalisco dijo que eran arrebatos de Manba ya se le pasaría, la fiesta
transcurrió, todos se relajaron, el trago abundaba, Miguel bailaba con
Leticia y Aminta mientras tanto Pedro jalisco hablaba y cortejaba a
Milena bailaban por momentos, el resto de participantes tomaba cerveza y
disfrutaba de la fiesta, como a las dos de la mañana apareció Manba de manera
violenta con varios de sus hombres e irrumpió en la mesa de salud cogiendo del
cabello a Leticia, él le decía usted es una perra, sacó la pistola que portaba
en el cinto, ella se fue hacia atrás soltándose el moño de su cabellera y
golpeando su cabeza, contra la pared del rancho que pegaba con el caney cuando
sonó el estruendo de un tiro de nueve milímetros que se incrusto en la frente
de Leticia.
El impacto volvió a
golpear la cabeza contra la pared y rebotó su cuerpo para caer sobre las piernas
de Milena, todo el mundo salió a correr excepto Milena que quedó petrificada
con el cuerpo inmóvil de Leticia en sus piernas y la sangre que le salía por boca,
nariz y la frente, recorría por las piernas de Milena y caía al piso.
La mayoría de los
participantes de la fiesta salieron corriendo a una platanera incluidos los de
salud y fueron regresando, Milena demoró unos minutos en entrar en llanto
regreso Miguel, le tomó el pulso a Leticia, la retiró de las piernas de Milena,
le cerró los ojos y la puso sobre el piso, solicito que trajera una sábana para
cubrirla Miguel mantenía la calma con sus ojos humedecidos en lágrimas los demás
miembros de la brigada de salud lloraban, tomaron la decisión de ir
al buque y traer una camilla y llevar el cuerpo al buque mientras tomaban una
decisión.
El grupo entró crisis
por lo acontecido los miembros de la tripulación hablaban de partir tan pronto
rayara el sol, pero hablaban del tiempo que se demorarían en llegar a San
Jacinto de pronto volvió aparecer Pedro Jalisco que ofreció una lancha rápida
con dos motores para llevar el cuerpo de Leticia a Milena y Miguel. Cuando
amaneció la guerrilla había desaparecido.
Bajaron del buque el
cuerpo inerte de Leticia cubierto en una sábana blanca manchada por la sangre
de ella, que las moscas pisoteaban, Milena y Aminta no paraban de llorar.
A las seis de la
mañana ya estaba lista la lancha rápida para partir a San Jacinto, se estimó que
en doce horas estarían en San Jacinto dijo el operador de la lancha rápida de
Pedro Jalisco. Durante el recorrido el golpeteo de la
lancha era fuerte la brisa sacudía el cabello de las mujeres y movió la sábana
que cubría el rostro de Leticia, Miguel se apresuró a atar la sabana y evitar
que se siguiera viendo el rostro de Leticia.
Al final de la tarde
llegaron a San jacinto la noticia ya se conocía allí de la muerte de uno de los
miembros de la brigada de salud, al llegar al puerto estábamos todos los
funcionarios del centro salud acongojados y tristes por la noticia, también
hacía presencia el alcalde, la policía, fiscalía y los de la funeraria, que
llevaron el cuerpo al anfiteatro municipal para el levantamiento y autopsia.
Milena tan pronto
llegó se abalanzo sobre mi abrazándome fuerte y atacando a llorar, Miguel,
también lloraba, los demás miembros del centro de salud también lo hacían.
Regresamos a la casa
médica, esa noche nos reunimos en la sala para rodear a Miguel y Milena sin
preguntas simplemente nos abrazamos, después de unas horas de susurros y de
darnos ánimo unos a otros nos fuimos a dormir. Milena me pidió que la dejara
quedar en mi habitación.
El día siguiente el
centro de salud estaba decorado con cintas moradas en señal de luto la bandera
de Colombia a la entrada estaba a media asta, se alistaban los preparativos
para el entierro que contaría con la participación de la comunidad de San Jacinto
y las autoridades eclesiásticas civiles y militares.
Al final de la tarde
se desarrollaron las exequias con una multitudinaria participación de la
comunidad rechazando el atroz asesinato de la funcionaria de salud, que perdió
la vida en ejercicio de su labor.
Pasaron varios días
para que regresara la normalidad al centro de salud, durante los días de duelo
todos estuvimos afectados en especial quienes vivieron el evento.
La directora nos citó
a todos a una reunión para manifestarnos su pesar, dolor por la pérdida de
Leticia y para comunicarnos que por lo que restaba del año se cancelaban las
brigadas fluviales hasta tanto no se garantizara el respeto a la misión médica
por parte de los grupos al margen de la ley.
La vida del centro de
salud había regresado a su normalidad Mauricio, Miguel y Francisco seguían su
vida de casanovas en el centro de salud y en el pueblo, constantemente me
invitaban a sus carnavales de fin de semana, pero les huía
Mi relación con
Milena era muy discreta dentro de la institución, pero apasionada en la casa
médica, salíamos en las noches a comer hamburguesas o helados y nos íbamos
caminando de ida como de regreso al hospital, ella estaba por completar su
octavo mes de servicio social obligatorio estaba contando sus días para
regresar a Bogotá e irse a cumplir su sueño americano de vivir en New York, yo
simplemente la escuchaba, poco hablaba de su familia y le molestaba que le
preguntara por ellos.
Un día después de ir
de tomata al bar las Tapas nos prestaron una moto del hospital y fuimos por
segunda vez al mirador de la meseta, allí sin estarle preguntando me contó que
su padre era un coronel de la policía activo que su madre vivía con él en
Cartagena pero él tenía una amante hacía mucho tiempo, su madre lo sabía pero
lo aceptaba, pero ella lo había mandado a la mierda cuando se enteró, con la
mamá no hablaba por lo estúpida de aceptar esa situación y no dejarlo, me
conto que hacía ocho meses que no hablaba con ellos.
Esa noche me dijo que
no me ilusionara con ella porque pronto se iría, que si quería consiguiera otra
persona que este no era su mundo ni el mundo donde ella quisiera realizarse.
El siguiente día nos
volvió a convocar a reunión Rebeca Linares la directora del centro de salud
para comentarnos de nuevas brigadas de salud por tierra a un caserío llamado El
Madroño de influencia cocalera rodeado de plantaciones de palma de aceite y
donde la compañía petrolera acababa de descubrir un pozo petrolero y había una
carretera recientemente construida por la multinacional.
Nos presentó al jefe
de relaciones con la comunidad de la multinacional quien manifestó el interés
de colaborar con la logística y la intención de construir en el poblado un
centro de salud moderno y pasar de un centro de salud a hospital el de San
Jacinto como aporte a la comunidad.
La brigada iniciarán
la próxima semana la petrolera pondría camionetas e insumos simplemente era
solicitar el pedido y el próximo lunes estaría listo para partir para el
caserío El Madroño, después de la presentación del ejecutivo de la
multinacional se fue, la directora nos dijo que quienes se querían ofrecer para
la brigada Milena fue la primera en ofrecerse, Miguel dijo que él ya había
estado en la anterior que lo justo era que fuera Andrea, yo me ofrecí
pero Milena dijo déjame ir, que a mí me gusta.
Se conformó el grupo
que iría una vez al mes por una semana, esta vez el grupo fue acompañado de la
logística de la petrolera y la Armada nacional.
Durante una semana
estuve perdido de mis ricitos de oro de ojos color miel, al regresar me contó
alarmada que se había encontrado en el Madroño con Pedro jalisco quien era el
dueño de la posada donde dormían los funcionarios de la petrolera y el
grupo de la brigada y la mayoría de los vehículos alquilados de la
petrolera eran de él pero en el caserío el negocio fuerte era la coca, me contó
que varios pacientes le ofrecieron como medio de pago pasta de coca por
los tratamientos odontológicos extras, por fuera de horarios de la
brigada Pedro jalisco se ofrecía comprársela y se la pagaba
en dólares, ella me contaba feliz, que su sueño estaba cada día más
cerca.
Ella continuó con su
rutina de brigadas en El Madroño yo seguía con mi consulta en el centro de
salud que día a día incrementaba por el boom petrolero, la petrolera había
iniciado trabajos en el lote del centro de salud para construir un hospital
moderno en ocho meses.
Los fines de semana
se volvieron mis reencuentros con Milena, la casa médica estaba solitaria, el
único día ruidoso era el sábado hasta el mediodía cuando terminaban sus labores
los maestros que construían el nuevo hospital de San Jacinto, ella me relataba
su rutina en El Madroño y como cambiaba el entorno con la presencia de la
petrolera, se veía progreso mucha gente haciendo negocios abriendo restaurantes,
posadas, prostíbulos y las cantinas que abundaban.
La presencia de la
guerrilla se había hecho más fuerte en el Madroño y en cercanías a San Jacinto
lo controlaba la autodefensa la situación era tensa. La armada solo se dedicaba
a hacer patrullajes en el pueblo y sobre el río Guayabero.
El último mes de
Milena le pedí que renunciara a su sueño, que se casara conmigo que dejara de
pensar en una vida de aventurera y pensara en un minuto en lo que sentíamos el
uno por el otro que no era solo sexo. Más que amantes éramos un par de
enamorados de la vida y de las pequeñas cosas que nos ofrecía la vida en San
Jacinto, como siempre su respuesta fue un rotundo¡ no! definitivo que me dejó
devastado cuando me dijo que yo sabía las reglas desde el principio que este no
era su mundo que su sueño americano no se lo arrebataba nadie que porque no me
iba con ella que eso si era una buena idea en lugar de quedarme en ese
pueblo, por un instante lo pensé finalmente le dije que no, entonces me
dijo que las reglas estaban claras, dio media vuelta y se dirigió a su
alcoba con un gesto de molestia, decidí no seguirla y me dirigí a mi
cuarto con la moral baja y sin ánimos sintiendo que la perdía.
La mañana siguiente
nos encontramos en el restaurante se quedó mirando con una tierna expresión y
me hizo un guiño con su ceja invitándome a sentarme junto a ella, estaba
molesto pero una hermosa sonrisa bastó para desarmar mis resentimientos,
me agarro de la mano y puso su cabeza sobre mi hombro y me dijo cómo
amaneció mi gruñonsito, ya te paso el mal genio, me senté junto a ella apareció
Maura con su tono alborotado y dijo como están mis tortolitos que quieren de
desayuno, nos tomó el pedido y se alejó mientras continuamos nuestra
conversación.
Regresamos al
hospital ella me sugirió que habláramos con la directora rebeca Linares y le propusiéramos
que lo que restaba del mes no se hiciera más atención odontológica en el
madroño para poder compartir más tiempo, hablamos con la directora al principio
no quería, pero al final accedió.
Fueron los mejores y
más felices días de mi rural me dedique compartir mis días y noches con ella a
sabiendas de que el desenlace iba a ser doloroso hasta que llegó el desolador
día, se organizó una fiesta de despedida con la participación de los
funcionarios del centro de salud, los directivos de la multinacional y
amigos de la alcaldía de San Jacinto entre ellos el alcalde y entre
otros invitados que me llamó la atención estaba Pedro Jalisco la fiesta
se organizó en la discoteca las tapas, fue un evento privado, había conjunto
vallenato y conjunto de música norteña.
Fue todo un evento la
despedida de Milena ese día me di de cuenta del aprecio que le tenían los
directivos de las multinacional petrolera y Pedro Jalisco quien llegó a la
fiesta con el comandante de la policía y el de la armada que venían de civil.
Esa noche fue la primera vez que vi a Pedro Jalisco quien al presentarse me
dijo conque tú eres el afortunado que se robó el corazón de esta hermosura, me
saludo con un gran abrazo, con su tono fuerte al hablar y con una carcajada
estruendosa, me pareció carismático y agradable, el whisky abundaba Miguel,
Francisco y mauricio se sentían en el paraíso.
Rebeca Linares tomó
la vocería por el centro de salud dio unas palabras de agradecimiento y le
entregó una placa de reconocimiento por su labor y valor y entrega con la
institución, los mismo hicieron los petroleros y Pedro Jalisco por último
palabras de sus compañeros y fui el último en intervenir expresando le mis
mejores deseos en su nueva aventura y contándole a los presentes mis
infructuosos intentos de hacerla desistir de su proyecto por último habló ella
se expresó muy bonito, no era de discursos pero ese día le fluyeron las
palabras y por ultimo me invito a seguirla en su aventura y cuando termino una
gruesa lágrima recorrió su mejilla se dirigió hacia mí me abrazo, diciéndome
al oído que me amaba le respondí: yo a ti, esa noche le dedique la canción
de los amores imposibles y eternos de Miguel Bose, te amare
Regresamos a la
madrugada a la casa médica a dormir un rato porque para lo que restaba del día
estaba programada una mamona a la llanera en la finca del alcalde, a las 11am
apareció Pedro Jalisco quien había quedado de recogernos para ir a la finca del
Alcalde yo estaba listo pero Milena y el resto de mujeres no, así que
aproveche para conversar con Pedro Jalisco quien se desbordaba en elogios para
Milena me dijo esa mujer es una joya tu si tienes suerte pero la dejas ir, le
dije ella es muy terca y eso es lo que ella quiere vivir y entre mis proyectos
no está irme a vivir en el exterior, al fin estuvieron listas las chicas nos
fuimos en la camioneta de Jalisco una Toyota burbuja de vidrios
oscuros que sobresalía por encima de los humildes vehículos que se
movilizaban por las calles polvorientas de San jacinto.
La finca del alcalde
era una hermosa propiedad con piscina, sala de billar, mesa de pimpong un gran
caney donde estaban los mismos invitados de la noche anterior, el licor
abundaba me ofrecían pero trataba de tomar con moderación la fiesta duró ese
sábado, el domingo y el lunes llegaba el único vuelo de la semana que
posiblemente traería al remplazo de milena y la llevaría devuelta a Villao y
continuar su viaje a su natal Bogotá.
El lunes fuimos el
grupo de profesionales del centro de salud y allí llegó Pedro Jalisco a despedirla
ese día fue melancólico y doloroso las chicas lloraban, Mauricio, Miguel y
Francisco estaban con los ojos llorosos Miguel decía nojoda es que uno le coje
aprecio a los amigos.
Sobre las 10am llegó
el viejo DC3, recordé primer día cuando con un alaraco Mauricio dijo quién es
el doctor que viene para el centro de salud mientras que bajaban los pasajeros
del avión esperamos a que terminaran de bajar y nadie respondió Mierda dijo
Miguel no le consiguieron reemplazó a la princesita.
Ella se subió al avión
mandándonos besos y diciéndonos lo mucho que quería al grupo estuvimos en la
pista hasta que el avión despegó. Ese día sentí que una parte de mi vida se me
iba sentí un dolor que ese día le dije a Miguel, Mauricio y francisco hoy si
les aceptó un trago, por su puesto compadre dijo el viejo Migue. ese resto de día
el pase silencioso, Irama y Gricelda respetaban mi silencio que expresaba el
dolor de mi pérdida. Esa noche me fui con mis compañeros del centro de salud
tome hasta perder la conciencia no supe como llegue al centro de salud lo
último que recordaba era el bar las tapas.
Me levante al día
siguiente con una resaca terrible Andrea me dio unos analgésicos y me inyecto
porque me sentía incapaz de ir a trabajar, pero después de las atenciones
de Andrea me sentí mejor, continúe con mi rutina de atender
pacientes al final de la tarde me llamaron de la oficina de la directora
que tenía una llamada era Milena para comentarme que ya estaba en Bogotá en
casa de su madre me dijo que me extrañaba mucho que si quería llamar la
escribiera el número de teléfono de su casa, que iba esperar mis llamadas a las
7pm todas las noches y se despidió enviándome muchos besos continúe mi jornada
laboral ansioso que llegara la noche para llamarla en el tiempo que llevaba
en San Jacinto jamás me había preocupado por preguntar donde quedaba un telecom
porque con mi familia me comunicaba por cartas.
Fui al restaurante de
Maura en la noche a cenar y luego me desplace al telecom le marque y de
inmediato me contestó hola, cariño, soy tu bebe, me causo risa, me contó
detalles de su viaje en el DC3 y luego el viaje en bus de Villao a Bogotá, el
volver hablar con su madre después de casi un año de ausencia.
Me contó de las
novedades en la casa que tenían un televisor moderno muy delgado , e internet
que había que abrir una cuenta para poder acceder a un correo electrónico que
ojalá llegara pronto a San Jacinto para no perdernos el rastro para
cuando llegara la hora de partir para los Estados Unidos, me contó que la
semana siguiente iniciaría los trámites de su visa, hablamos como dos horas, me
pregunto por todos los del centro de salud por el pueblo me dijo que se sentía
rara en la ciudad, que la mamá estaba furiosa por lo del viaje al exterior y
que le faltaba contarle al papá que no estaba en la ciudad, hablamos y al final
quedamos de seguir hablando todos las noches a la misma hora.
La vida continuó con
normalidad en el centro de salud las obras avanzaban a pasos agigantados, había
cumplido nueve meses de estar en San Jacinto, Miguel era el próximo en terminar
su año de servicio social obligatorio, pero le habían ofrecido seguir como
médico de planta y él estaba interesado, el reemplazo de Milena nada que llegaba
la consulta odontológica estaba muy pesada. La directora Rebeca Linares nos
convocó a su oficina pensábamos que era para brigadas al madroño o sobre el río
guayabero, pero en esta ocasión nos comentó que nos reunía para invitarnos a la
fiesta de grado de médico que su familia le ofrecía a su hija Amalia Rosa
Estrada Linares quien va a reemplazar al doctor Miguel, el grupo en coro
aceptamos la invitación.
La fiesta fue un
sábado en la tarde en la finca de campo de la familia Linares, Francisco
linares el padre de rebeca linares era el terrateniente más grande de la región
y famoso ganadero, Federico Estrada esposo de rebeca era el notario del pueblo,
la alta sociedad hacia presencia, todos teníamos curiosidad por conocer a
Amalia Rosa hasta que apareció una joven de cuerpo estilizado con un vestido
ceñido al cuerpo que delineaba su figura, de piel blanca ojos oscuros,
cabellera negra y de hermosa sonrisa una mujer elegante y hermosa miguel dijo
tronco de hembra, todos quedamos impactados con su belleza ella se acercó
a donde estábamos junto a la jefe Linares quien nos presentó saludo a todos los
presentes el viejo Francisco Linares que era el patriarca de la familia hizo el
brindis por la homenajeada e inició la fiesta.
El grupo del centro
de salud nos dedicamos a beber y a tomar mientras la homenajeada era cortejada
por los ingenieros de la petrolera pero la veíamos incomoda hasta que
Mauricio la invitó a venir al grupo de los de salud entramos en confianza y empezamos
a bailar Francisco el auxiliar de Mauricio le dijo doctora le toca que vaya
tomando confianza con sus compañeros que son unas excelentes personas la
doctora Andrea y los doctores y todos solteros y jóvenes ella lo escuchaba y sonreía,
la fiesta duró hasta las seis de la mañana del domingo nos fuimos para el
hospital a pasar la borrachera.
El lunes estuve con
una resaca terrible pero aun así atendí mis pacientes que cada día eran más
duro y fuera del trabajo en la morgue que estaba disparado, la guerra no daba
tregua el pueblo y las zonas rurales eran campos de batalla entre la
autodefensa y la guerrilla. Esa noche fui a llamar a Milena me contó que el
jueves tenía la entrevista en la embajada Americana que estaba muy nerviosa la actualicé
de los últimos acontecimientos y después de unas horas de hablar por el
teléfono nos despedimos.
Esa noche durante mi
recorrido desde el telecom al hospital por primera vez pensé en mi futuro ahora
que volvía a ser soltero, que Milena en poco tiempo se iría de mi vida y
tendría que buscar nuevos horizontes en el plano sentimental y mi tiempo de
servicio social obligatorio se agotaba tendría que pensar si regresaba a Yopal
me quedaba en San Jacinto o que quería hacer al llegar a la casa hospitalaria
me sentía algo estresado por mi futuro, me fui a la cama algo confundido.
Al día siguiente me
encontré con Amalia Rosa en el pasillo del centro de salud me conto que venía a
la inducción para iniciar su año de servicios social obligatorio que seriamos
compañeros le di la bienvenida la llevé al área de odontología allí todos la
conocían después de saludar a las auxiliares se fue a la oficina de dirección
.
Ese día esperaba como
todos los día a Félix un niño que vivía al otro lado del río como a diez
kilómetros del centro de salud luego de cruzar tomaba una bicicleta que le
prestaban sus primos ese día el niño no llegó a su cita de 9am pero si me llamo
Miguel a la sala de urgencias del centro de salud, al llegar con sorpresa veo a
Félix en la camilla con la cara llena de sangre Miguel me dice te llamo para
que lo valores porque me dice que tú lo atiendes compadre al obsérvalo
lentamente veo que tiene fractura de tabique los labios reventados al
abrir su boca observó que a perdido todos los dientes de la sonrisa me da rabia
pero al mismo tiempo pesar con el niño le dimos analgésicos, sedantes lo
pasamos a mi consultorio retire los pedazos de coronas de los dientes
fracturados y se le realizó pulpectomía de los dientes que podían
servir para rehabilitar, lo enviamos en la moto del celador a casa de sus
primos, ese día los pacientes protestaban porque no los atendía solo puede
atender los que estaban en la agenda de la tarde, fue un día extenuante estaba
muy cansado me fui para la casa médica allí me esperaba Miguel me dijo me
acompañas a una reunión que te tengo una propuesta le dije que estaba muy
cansado, me dijo guebon son negocios tu ya vas a terminar el rural y
tienes que buscar horizontes acompáñame.
Finalmente acepté,
pero le puse de condición que no fuera de tomata me dijo voy sin Francisco
llegamos a las Tapas me dijo tomemos nos una mientras llega el inversionista.
Le pregunte, pero
cual es el negocio, me dijo te acuerdas de Pedro Jalisco quiere montar una clínica
privada y me propuso a mí y me dijo que si quería te invitara en la sociedad a
ti compadre por plata no te preocupes que él la pone nosotros administramos y
somos socios en partes iguales que te parece excelente Miguel, gracias por
tener me en cuenta, tú eres mi amigo compadre y te aprecio.
Estábamos hablando
cuando apareció Pedro Jalisco entonces mis doctores, Miguel le contaste de los
planes al Dr., si Pedro respondió el. pues bienvenido a nuestro proyecto y
llamo al mesero y dijo estoy hay que celebrarlo con altura es un gran negocio
lo que vamos hacer así que pidamos Whisky, mañana en la mañana nos reuniremos
revisaremos papeles, el lote donde vamos a construir y donde vamos a funcionar
mientras se termina la construcción, después de un rato cambiamos de tema me
pregunto por Milena le comente lo último que habíamos hablado me dijo que el negocio
de la clínica se lo había propuesto a ella y me pidió el favor de que te
incluyera en el proyecto, creo que es el momento que seamos buenos amigos ahora
que vamos hacer socios mi Dr. no me digas doctor dígame Guillermo o Gille y cuenta
conmigo Pedro, el fin de semana tengo una fiesta en una pequeña villa que
compre cerca al pueblo y la voy a inaugurar así que están invitados pues cuente
con nosotros dijo Miguel, luego de dos horas de conversaciones de negocios
aparecieron unas amigas de Miguel que se sentaron en la mesa, al amanecer Pedro
Jalisco y Miguel se fueron con sus amigas.
La chica que bailaba conmigo
se quedó y me dijo sino la iba a llevar a la casa médica le dije que no y le
dije que la llevaría a su casa, me dijo que si era maricon le dije no es eso,
es que no siento nada por ti.
Amanecí con una
resaca terrible fui a trabajar por pura obligación la consulta estaba full, las
auxiliares de enfermería preguntaban por el doctor Miguel era su última semana.
La siguiente
ingresaba Amalia que estaba en el proceso de inducción con Andrea que es una
mujer trabajadora, comprometida con la institución y goza del aprecio de la
comunidad, pero lo que le faltaba en estatura le sobraba en temperamento cuando
le sacaban el mal genio.
La semana transcurrió
sin novedades un poco agotado por la sobre carga laboral, con la cabeza llena
de fantasías por el proyecto de la clínica mi tiempo en el centro de salud se
agotaba.
0 Comentarios
Un mensaje constructivo que lleve a una crítica sana, con observaciones y sugerencias es válido.